La cocina peruana se adaptó y evolucionó con el pasar del tiempo, pero se ha preguntado ¿qué comían los antiguos peruanos?
Actualmente mucha de la comida peruana proviene de la época prehispánica, que era a base de frutos, granos, tubérculos y animales. Esta alimentación tenía un horario de 3 veces al día: mañana, tarde y noche, donde destacaba el consumo de palta, cacao y papa. Esta última teniendo una variedad de más de 3 mil tipos a los que toda persona andina tenía acceso ya que crecía bajo tierra.
Gloria Hinostroza, chef e investigadora de la comida peruana declaró a la agencia Andina: “Qué haría el mundo sin la papa. Hay una serie de productos deliciosos en el país. Cuando uno viaja se da cuenta. He tenido tantos años y veía cómo se quedaban encantados con nuestros productos.”
En cuestión de animales, los cuyes o también conocidos conejillos de indias fueron de las carnes más cocinadas de la época. Estos animales tienen 50% de proteínas y un 7% de grasa por lo que su carne es muy nutritiva. Otros como los auquénidos, cerdo, oveja, vaca, se servían como charqui en ocasiones, que es un tipo de carne deshidratada y salada. Asimismo el pato y los camélidos eran de las principales carnes para el consumo.
Por el lado de bebidas, resaltaba la chicha, una bebida fermentada que era servida en recipientes especiales como los aríbalos incaicos. Su uso era cotidiano y también para rituales de la época. Además, existen varios tipos de chicha como la de yuca, de quinua, de Jora, Terranova, blanca, loretana y Guiñapo, por lo que cada región tenía un sabor distinto de la bebida. Frutas como la papaya, aguaymanto, guanábana, lúcuma, aguaymanto y la guayaba no se quedaban atrás para la preparación de jugos o consumo directo.
Otros alimentos que comían bastante eran los granos como la cañihua, el frijol, el pacay y algunas plantas zonales con alto valor nutricional. Estos se encontraban en las altas montañas.
Muchos de estos alimentos se consumen hoy en día como platos insignia del país, otros se han adaptado. Sin duda Perú mantiene su esencia y lo demuestra al mundo.
Por Carlos Chávez.
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